sábado, 8 de junio de 2013

El cine primitivo

Del cinematógrafo al cine: el período primitivo

Imagen bajada de catedradecineluisalbertoalvarez.wordpress.com 


El momento inicial se corresponde con lo que se suele denominar cine primitivo. Es un hecho conocido que el dispositivo tecnológico que da origen a la cinematografía no está directamente relacionado con el espacio de los medios de comunicación masiva y los espectáculos artísticos. El nuevo invento inicia su carrera a partir de la tendencia dominante de la época: la espectacularización de la tecnología. El dispositivo que permite registrar y proyectar imágenes fotográficas en movimiento es el producto de una serie de investigaciones que se producen simultáneamente durante las últimas décadas del siglo XIX. Los pioneros que trabajan en varios países tratando de mejorar esta tecnología manifiestan diversas intenciones y, en consecuencia, imaginan distintas aplicaciones para sus inventos. No necesariamente piensan en el desarrollo de un espectáculo que sigue las modalidades de exhibición del teatro. Ni siquiera puede afirmarse que la presentación de imágenes fotográficas en movimiento fuera el único proyecto del espectáculo público con imágenes: una gama de artefactos que iba desde dioramas y la utilización de la linterna mágica a dispositivos como el praxisnoscopio precedieron y compitieron con las nacientes imágenes fotográficas en movimiento.
En este contexto las primeras exhibiciones se inscriben dentro de una tendencia que se va consolidando a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX: la presentación de novedades de la tecnología como parte de un espectáculo en el que se combinan una función dialéctica y propagandística con el entretenimiento. El primer atractivo para el cinematógrafo es la presentación de un dispositivo que permite la proyección de imágenes fotográficas en movimiento. En primera instancia las exhibiciones del nuevo artefacto se realizan en salones a los que se convoca a sectores de la elite. En pocos años el cinematógrafo agota el público burgués interesado en retratarse a través del nuevo dispositivo y “se degrada” en un espectáculo de feria. Si bien el efecto de novedad de diluye con relativa facilidad la fascinación por el medio persiste durante mucho tiempo.
En los primeros años de explotación del cine la atracción está constituida por este nuevo efecto de realidad generado por la tecnología. En este contexto ni los productores ni los exhibidores ni el público parecen prestar demasiada atención en torno al problema de tipo de imágenes (ficcionales o no ficcionales) que se registran. Las primeras “vistas” incluyen tanto reproducción de escenas y paisajes urbanos en movimiento (La llegada del tren a la Ciudad, La salida de los obreros de la fábrica Lumière) como la inclusión de pequeñas viñetas en movimiento cómicas (El regador regado), o fantásticas (La demolición de un muro). Las primitivas “actualidades” se alimentan tanto de registros directos de eventos socialmente significativos como de reconstrucciones realizadas en los lugares donde se habían producido eventos o recreaciones teatralizadas sobre acontecimientos de actualidad y representaciones de asuntos imposibles de verificar como naufragios y terremotos.
Dentro de este marco surgen las primeras representaciones ficcionales, ya sea como transposición de espectáculos ya existentes (en los primeros filmes de Meliès y Edison, por ejemplo) o a través de la filmación de narraciones creadas específicamente para el nuevo medio (Meliès como creador de la ficción del cine). Dentro de este contexto se va desarrollando un tipo de relato que absorbe rasgos de otras formas del espectáculo de gran popularidad como el music hall, el melodrama teatral o de prestigio como el teatro y la novela realistas. Durante este período inicial todavía no existe una forma narrativa propia del nuevo medio pero se van gestando un tipo de representación y una modalidad de relato que termina constituyéndose en hegemónica. El triunfo de esta tendencia coincide y se potencia con modificaciones en la organización de la producción (se definen roles abordados por especialistas en el equipo técnico y en algunos países como los EEUU y Alemania se conforman un tipo de organización que imitan la organización del espectáculo teatral se convierten en el principal y casi único centro de exhibición, se estandariza la producción teniendo como centro de los programas a los largometrajes ficcionales.


Gustavo Aprea

“Las muertes del cine” en El fin de los medios masivos. El comienzo de un debate, Mario Carlón y Carlos A. Scolari (Eds.), Buenos Aires, La Crujía, 2009