martes, 5 de enero de 2016

El guión en el cine

El guión cinematográfico




El guión, ese relato narrado en una determinada cantidad de páginas, cumple en principio, una función mediática, y es por ello EFÍMERO, pues está destinado finalmente a desaparecer, o en el mejor de los casos, a ser otra cosa. Su destino final es su transformación. Ese relato será en definitiva expuesto en imágenes y sonidos a partir de una pantalla.
Es asimismo y por naturaleza un objeto ciertamente AMBIGUO, pues si bien al trabajar en un guión hacemos uso de la palabra escrita, no por ello debemos pensar que transitamos con comodidad en los espacios reservados a la producción literaria. En realidad, en el guión, nuestro “texto” describe imágenes y sonidos. Nuestra tarea siempre apunta a describir en términos de imágenes y sonidos elementos organizados narrativa y dramáticamente para conformar y converger en una propuesta cinematográfica.
Es también el guión, un objeto PROVISORIO, es decir condicional, inacabado, siempre sujeto a una posible relectura, un posible cambio o alteración. El llamado “corte final” del director o productor en la sala de montaje, confirma su carácter siempre provisional.
No está destinado a que la gran masa del público lo lea. Son muy pocos los que se asoman a su lectura. Esta minoría busca en el guión satisfacer su propia necesidad. El actor buscará su personaje y sus líneas dramáticas. El productor buscará fundamentalmente un éxito comercial. El director de arte una propuesta estética. Quizás el realizador tendrá una lectura más completa y reflexiva del guión. Pero aún así todos, sin embargo, querrán algo de él y también pretenderán modificarlo en pare, a fin de satisfacer su propio interés.
Escrito entones para ser leído por muy pocos, el guión tiene sin embargo como destino final millones de espectadores, a partir de su expresión definitiva en términos de imágenes y sonidos.
Escribir un guión es una forma distinta de escribir literatura. Con miradas, con silencios, con imágenes, con acción. Con movimiento y ritmo. Se escriben con discursos, con sonido, con música e incluso con ruidos. Se escribe deteniendo la imagen, haciéndola avanzar rápidamente e incluso, indicando su desaparición.
El guión, en efecto, a pesar de tener atributos no demasiado envidiables, es también el modelo de la futura película. ES UN MODELO A REPRESENTAR.  En definitiva, al guiñar, estructuramos y desarrollamos imágenes y sonidos para construir un modelo, es decir, la primera puesta en escena de una futura película.
El guión es un SISTEMA ABIERTO que fluye hacia adelante y lo que ayer era bueno para la historia, quizás mañana no lo será. Tengamos atención flotante. Sepamos escuchar a nuestros personajes cuando nos dicen casi a gritos, que ése no es el camino. Que lo están manipulando y manipulando la historia. Que por eso no actúa. O no habla. O lo que dice, los discursea incorrectamente. Sepamos escucharlo y no nos cerremos con la ofuscación de los necios.





Fragmentos de:
Lito Espinosa – Roberto Montini, Había una vez… Cómo escribir un guión. Kliczkowski Publisher.


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