sábado, 6 de agosto de 2011

Montaje: Arte en movimiento

Lo estético

El término “estética” suele producir un instintivo rechazo en muchos artistas que, por su mismo temperamento ultra-sensitivo y ultra-práctico, sienten hastío ante el campo de las lucubraciones metafísicas. Frente a las experiencias concretas y palpitantes de los artistas, las frases de los grandes filósofos adquieren vida y adquieren sentido.
“Estética” es un término creado por un discípulo de Leibniz, Alejandro Baumgarten, a mediados del siglo XCIII. Igual que su maestro, Baumagarten sostuvo la tesis de que la estética debía tener un lugar aparte en la Filosofía por ocuparse de la belleza, que (según ellos) es un producto subjetivo de la sensación, en oposición a la Lógica, que es la ciencia del pensamiento.
Para nosotros, el fenómeno artístico es ante todo un hecho y una operación interior del hombre entero, con todas sus facultades armónicamente ocupadas en comunicarse. Fenómeno es todo lo que aparece, lo que se manifiesta.
La palabra “arte” viene del latín, significa “hacer, realizar”. Todo artista debe trabajar, elaborar. Elaborar es la mejor traducción latina. Todo artista debe sacar algo nuevo de una materia informe. Su largo aprendizaje está destinado a adquirir la habilidad artesanal para imprimir la forma a una materia.
Las materias varían grandemente entre un arte y las otras artes. Pero, cosa curiosa, no son las materias las que más diferencian las artes. Primeramente, porque la materias o materiales con que trabaja el artista son de las más diversas índoles. Unas son sustancias minerales (polvos de color, aceites, argamasas, piedras, mármol, hierro) como las usadas por los pintores, escultores y arquitectos; otras son sonidos, como en la música, la dramaturgia, la cinematografía; otras movimiento corporal, como en la danza, el mimo; otras son palabras, como en la poesía. Y esas y otras muchas materias son compartidas por diversas artes.
Tales materias primas son del todo secundarias en la creación artística. La verdadera “materia” fundamental con que el artista elabora su obra, sea de la índole que sea, son las imágenes de su fantasía.
La fantasía o imaginación es una facultad humana lamentablemente descuidada en la educación del hombre.
El arte por instinto y por necesidad vital, es el hombre que se mueve, que intuye, que siente y se expresa a través de imágenes. Por esta razón no podrá existir un arte poético compuesto de solas ideas abstractas.
El término “imagen” (o “fantasma”, como lo llamaron los griegos) no se refiere solamente a lo visible. La imagen tiene el mágico poder de despertar afectos. Sería risible el hombre que pretendiera despertar afectos por medio de conceptos abstractos. Por lo tanto, la imagen está ligada a las emociones y sentimientos nobles e innobles, a las recónditas motivaciones que hacen que un ser humano se decida por tal o cual camino a seguir.
La inteligencia y sus operaciones abstractas y universales son indiscutiblemente la mayor conquista del hombre en su proceso evolutivo. La mente humana, con su poder de análisis y síntesis, es suprema, soberana.
El artista vive, siente y se expresa a través de las imágenes sensoriales y afectivas; pero permanece constantemente consciente de que todo aquello que él hace está dirigido por su inteligencia ordenadora. Toda forma artística es un fruto del orden y de la armonía creadas por la inteligencia sobre el dato sensorial.
Todo ser humano, por intelectualizado que pretenda estarlo, está sometido a este proceso cognoscitivo de su naturaleza sensorial. La diferencia con el artista está únicamente en el grado de sensibilidad y en la atención que él presta al fenómeno interior.
Afortunadamente, muchos hombres van despertando a esta necesaria transformación y nunca como ahora se había notado un borrarse de los límites y un derrumbarse de los muros tradicionales que separaban a los científicos, filósofos y artistas. Y no se entienda esto como una cordial fusión y un visitarse de buenos vecinos, pues no son sólo las personas las que se acercan, sino que son la Ciencia, la Filosofía y el Arte las que comienzan a encontrarse mutuamente y a sorprenderse a sí mismas en terrenos comunes.


Rafael C. Sánchez, fragmentos de “Las facultades creativas” en Montaje cinematográfico, Arte en movimiento, La Crujía Ediciones





No hay comentarios:

Publicar un comentario